Instrucciones para meter la pata


A ser posible levantarse con el pie izquierdo de lo contrario no puede considerarse del todo gafe, y no podrá recurrir a la metáfora de haberse levantado con ese pie. A continuación cerciórese de que ha calentado demasiado el café con leche y derrame “sin querer” el liquido sobre la única camisa limpia de que la que disponga ese día (es importante que sea un acto patoso) seguidamente acuérdese de su suegra, aunque no tenga sentido, le hará sentir mejor. Parta de su casa cinco minutos antes de la hora de llegada al trabajo y observé incrédulo como el autobús le deja atrás corriendo como un completo idiota con la corbata al vuelo tras de si. Haga unos cuantos movimientos con los brazos en sentido de derrota y resople unas cuantas veces (deje de maldecir la suegra, basta una vez). Al llegar al puesto de trabajo, sudoroso de haber cruzado andando a toda prisa la ciudad, coméntele a su jefe que siente mucho lo de su separación, que se entero de la noticia al ver a su mujer encaramelada con otro, recapacite enseguida y vuélvase del color de los tomates, respire hondo y prepárese para ser despedido; de vuelta casa sumerja el pie en todos los charcos posibles hasta pillar un catarro de los buenos; cuando llegue a su hogar recuérdele a su esposa que su trasero ha vuelto crecer en proporciones desmesuradas y apreté los cachetes ante la inminencia de un guantazo (mentalícese de que esta noche quedara a dos velas) por lo tanto deberá dormir en el sofá, ese que dispara muelles cada vez que se mueve, si de verdad le ha gustado la experiencia repetir tantas veces como quiera, de lo contrario levántese al día siguiente con el pie derecho y cómase un Donut.