Claves para empezar a escribir una novela

En primer lugar necesitamos una historia. Parece obvio ¿cierto?. No es necesario disponer de todo el argumento a la hora de escribir; basta con observar atentamente a nuestro alrededor lo que está sucediendo, una noticia insólita en las noticias o tal vez un sueño. Ahí es cuando entra en juego nuestra imaginación, la propia capacidad de cada uno de modificar la realidad, y empezar nuestra tarea con un simple: ¿Qué pasaría si…?
En segundo lugar deberemos comenzar a relatar nuestra historia desde un punto que atrape al lector. No es necesario seguir un orden estricto, de hecho podemos empezar una historia por el final sin mencionar el resultado, tan solo despertando la curiosidad, y así incitar a su lectura.
El tercer paso sería crear personajes verosímiles, y para ello necesitamos conocerlos de antemano, visualizarlos en nuestra mente, y verlos en acción. No podemos JAMÁS escribir una historia si no somos capaces de verla con los ojos cerrados. Tus personajes han de tener personalidad, rasgos propios y algo especial que los identifique.
Punto número cuatro: ¿Qué sería de una historia sin un conflicto? En ese caso tan solo desarrollarías un ejercicio de estilo, por tanto hay que dar cuerpo a nuestro argumento. Un punto de conflicto es el eje de cualquier novela. De todas las novelas, pero la cosa se pone más interesante, cuando contamos con un agravante de conflicto..por no decir un giro inesperado en la historia que descoloque al lector.
Ahora viene la parte difícil: ¿Cómo se resuelve ese conflicto? Ese es el conflicto más común del escritor, cuando ya has enmarañado tu historia, has agravado el conflicto, has dado un giro en tu novela, y te has quedado atrapado en tu propia tela de araña. Pues te voy a responder.. ¿Estás seguro de que conoces bien a tus personajes? ¿Los has visto en acción? Entonces deja que esos mismo personajes te sorprendan, deja reposar tu historia hasta que esa idea maravillosa acuda a tu mente. Nunca te fuerces a escribir, deja que sea la historia quien te guie, trabaja en tu mente antes de llegar al papel, cuando menos a la imponente pantalla del ordenador.
Cuando terminé “El caso Svenska” sentí que había parido de nuevo, luego vino otra novela, y otra, y otra.. Siempre hay ideas si dejas que crezcan en tu cabeza. Al fin y al cabo, escribimos por placer, no vamos a torturarnos por llevar a cabo una historia si no es realmente buena. ¡Suerte en la escritura! esto solo es el principio, más adelante te desvelaré unos cuantos secretillos…