Más consejos para empezar a escribir una novela


Para empezar a escribir una novela no basta con tener ganas y coraje de hacerlo. Necesitas una buena idea, tan buena que merezca ser contada. Debes contar con un golpe de efecto, nada de situaciones previsibles y emociones planas. Insisto mucho en enfocarnos en las emociones ya que sin ellas no podemos experimentar de primera mano los sentimientos y reacciones de los personajes. Para ello siempre recomiendo visualizar, sentir de antemano lo que queremos transmitir. No basta con decir que nuestra protagonista sintió rabia al sentirse rechazada, sino que los ojos se le llenaron de pena, y una patada en orgullo la hizo doblar de impotencia, y de dolor por ver alejarse a la persona que amaba. Es sólo un ejemplo. Obviamente no trabajaremos solamente con emociones, pero sí que podemos seguir un patrón a la hora de ordenar nuestra historia. Ahí es donde yo recomiendo la regla de: acción-emoción-descripción Luego están los diálogos, que deben diferenciarse claramente con la voz del narrador, y que darán credibilidad y carisma a los personajes. También debemos huir de las palabras “baúl” que son aquellas que generalizan a la hora de narrar. A mí me gusta llamarlo a todo por su nombre, y siempre debemos buscar el término que mejor se adapte a la historia que estamos desarrollando. Por eso suelo recomendar un inventario de palabras afines. Por ejemplo:
Amor: ternura, cariño, beso, caricia, embelesado, ilusión, esperanza, etc….
Miedo: oscuridad, terror, palpitos, sudor frío, temblores, lágrimas etc…
Por supuesto todo esto son detalles que se pueden pulir una vez acabada la novela. Pero ¿cómo empezamos? Si no tienes claro cómo empezar coge una hoja de papel, y diseña un mapa mental. Para ello debes escribir en el centro el conflicto de tu novela, entonces debes comenzar a crear ramificaciones donde escribas todo lo que te sugiere ese conflicto.
—Pros
—Contras
—¿Por qué?
—Obstáculos
—Beneficios
—Enemigos
—Imprevistos etc...

Una vez que tengas hechas todas las ramificaciones posibles, trata de sacar ramificaciones de cada concepto, y seguro que surgirán ideas remotas. No es necesario emplear toda la información que has recopilado, pero aparte de haber vencido un primer bloqueo, habrás desarrollado la teoría del iceberg, que no es más que saber mucho para contar lo necesario. También recomiendo llevar encima una libreta exclusiva donde anotar todo lo que se nos ocurra en beneficio de nuestra novela. Luego llega la parte en la que nos sentamos frente al ordenador, imprescindible hacerlo motivados, ya que una vez que empecemos puede que vayan surgiendo ideas a medida que vayas escribiendo. Si lo prefieres puedes escuchar música siempre en cuanto conectes con ella y te ayude a motivarte. Por hoy te dejo que trabajes con la idea de los mapas mentales, y te aseguro que es una herramienta que te puede ayudar a la hora de expandir ideas y crear situaciones que pueden dar cuerpo a una novela. Y si no ya me contarás. ¡A currar!