Fragmento de la novela que tengo a medias


Nunca llegó a creer que de verdad lo haría. Su mirada se resiste mientras sujeta el arma entre sus manos. Él la mira sin desafío; mas allá de sus ojos, mas lejos de su inexistente valentía, y estos a la vez se muestran emborronados y vacilantes. Con la otra mano ella sigue sujetando el teléfono móvil contra su oído y alguien a través de la línea le susurra al oído con la voz teñida de melancolía. Ella procura mantener la calma pese al temblor que sacude su cuerpo. Las piernas apenas le responden.


¾Te amo. Te amo como nunca he amado a nadie..¾Simone continúa con la voz ahogada y las pupilas anegadas y vacilantes ¾todo saldrá bien;¾titubea pendiente de un hilo¾ cuida de Alexander mientras yo termino con esta historia de una vez.

Él sigue al otro lado de la línea mientras ella aprecia todas las formas del revólver entre sus rígidos dedos, una suave y casi anormal cálida brizna alborota su larga cabellera; su cuerpo tiembla, aterrorizado bajo la tenue luz de la luna; el tiempo corre, no aplazará mas su decisión; no hay vuelta atrás, y reacia a despedirse con la mirada incierta de aquellos ojos negros que conocen el significado de esas palabras, Simone amartilla el revólver; y acto seguido con la angustia explosionando en su garganta da un trago de su pena y recuerda lo que le ha llevado hasta el final y aprieta el gatillo sin pensarlo más, contra el hombre que con celos incrédulos siente caer su cuerpo, derribado al vació, chocando contra las frías y plomizas aguas del Sena. Simone deja caer las lágrimas que asaltan sus pestañas y ruedan ardientes por sus mejillas como dos cálices de fuego, de súbito grita con amargo desgarro y desesperación una y otra vez, cayendo de rodillas contra el suelo, encogiéndose de dolor y dejando resbalar de sus manos el arma que le ha arrebatado parte de su vida, estremeciendo con su eco la fría oscuridad de la noche y llenándose de un vacío casi imposible de describir...